La columna

ColumnaInteligencia creativa

 

Ha sido fallado el VII PREMIO TEA EDICIONES (2002) concedido al trabajo de investigación "CREA. INTELIGENCIA CREATIVA. Una medida cognitiva de la creatividad" desarrollado por Francisco Javier Corbalán, Fermín Martínez Zaragoza y Danilo S. Donolo, Carlos Alonso Monreal, María Tejerina y Rosa Limiñana 

(http://www.teaediciones.com/tea/noticias.htm). 

¡Enhorabuena!

Comoquiera que Danilo Donolo es colaborador habitual de RED y este tema de la creatividad tiene bastante que ver con la docencia y los aprendizajes en entornos abiertos y a distancia como ha quedado de manifiesto en ocasiones anteriores (http://www.um.es/ead/red/4/glosa.htm) es por lo que hemos pedido a Danilo que glose este acontecimiento y he aquí su respuesta

 

  

27 de octubre de 2002…

The last moment!!!!

La creatividad nuestra… de cada día

Había caído una fuerte pedrea en la zona. El patio de casa no era ajeno a esa realidad y mucho de la vegetación de la incipiente primavera estaba en el suelo. Dispuesto a ordenar de manera distinta lo que la naturaleza había puesto a su modo, no estaba solo. Volvían una y otra vez los tiempos de discusión en la búsqueda de una buena alternativa para medir la inteligencia y la creatividad… En esos momentos de discusión y análisis repetidamente se hacían presentes ideas, conceptos y simbolizaciones sobre qué era y cómo se podía elicitar una manifestación tangible de esa realidad igualmente tangible en general, pero inasible al momento de decir: ¡sí! aquí está….

 Las variadas alternativas que se barajaron tenían sus pros y sus contras. La que más nos gustó de entre ellas –más académicas o mundanas- fue en fin la de “capacidad de hacer preguntas” y pareció bueno, muy bueno, al menos para nosotros y en aquel tiempo (qué otro argumento podríamos esgrimir ahora, muy condicionados ya por una historia, por buenos resultados y por haber podido mostrar una faceta que a otros también les parece interesante). 

Sin embargo, la duda que no perdona, la insidiosa y artera duda, una y otra vez se hacía presente (y de vez en cuando todavía aparece en la mesa de negociaciones) aún cuando habíamos cerrado un capítulo de trabajo e investigación con el epitafio nada original de “la propuesta es la mejor respuesta que podemos dar a la cuestión…” 

Hacer preguntas es un buen indicador de la inteligencia de los sujetos y más… ¿Es un buen indicador de las potencialidades creadoras de los sujetos? Pregunta la duda. Las respuestas, puertas afuera, insisten en afirmar que sí! Sin embargo la duda no abandona fácilmente el campo de contienda…

 La respuesta que esperábamos llegó por el camino de las grandes respuestas: el de la simplicidad

Hace unos días, con motivo de un curso a distancia un alumno intentaba una respuesta a las actividades de aprendizaje mientras atendía interrupciones constantes de su pequeño hijo… Molesta con ello y sin siquiera sospechar el argumento que tenía en sus manos, me manifestó las limitaciones que significaban las perturbaciones reiteradas del gurrumín, con sus preguntas frescas y espontáneas sin otra finalidad que la de estar presente. Y fue sólo eso, la confirmación más consistente de la suposición que seguíamos teniendo, que la clave del asunto era la pregunta.

 Decía esta alumna: “trabajo mientras mi hijo de cuatro años me pregunta cosas tales como: ¿qué es el futuro?, ¿qué es una utopía,  ¿ por qué la gente tiene que tener años?” (Ely Burba, alumna)

 Y eso es lo que estábamos buscando en la realidad cotidiana, una certificación de que era  la pregunta, la perla negra que buscábamos. Las preguntas son las que hacen las diferencias con otras formas de requerir inteligencia y creatividad, más allá de que éstas puedan tener o no, una o ninguna o varias alternativas de respuestas. Más allá de los cuidadosos análisis estadísticos, las justificaciones teóricas, los argumentos de autoridad o los estudios de campo con muestras más o menos bien definidas que pudiéramos hacer –y que hemos hecho- fue la idea sobre la potencialidad de una pregunta, la clave que confirmaba, sencillamente, las intuiciones iniciales y ¡las corroboraciones científicas de nuestro estudio!

 La pregunta es, de igual modo que lo fue el Dibujo de la Figura Humana de Goodenought, una intuición adecuada y potente, una actividad casi espontánea en la vida humana –como lo fue el dibujo de un hombre, para los estudios de Goodenought sobre la inteligencia-; presente en todas las edades desde los primeros balbuceos inquisidores de los bebés –apuntados con un dedito- y en la mente capaz de desentrañar un torrente de ideas y de acciones novedosas y originales como un más o menos fugaz destello de la superior capacidad humana: la del original pensar y hacer. ¡¡¡Qué mejor entonces que tenerla en nuestro test!!!

 

 Danilo Donolo