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ARRABAL



BORGES, UNA VITA DI POESIA


(Traducción al castellano de las réplicas en francés de Borges en la película. Traducción de Irene Torres Ramos)


J.L.Borges.- La bomba y la espada, el fusil, la piedra con que fue asesinado Abel. Es un arma horrible. La bomba es la otra foma de la espada o de la lanza, o del arco, pero es lo mismo, una máquina para matar, es horrible.


J.L.Borges.- Una vez que utilizamos una cosa para matar a alguien, entonces todo eso es la bomba: la bomba es, digámoslo así, la máscara actual de las armas, que son odiosas, creo. Pero, por desgracia, los poetas se pusieron a cantar la guerra. En fin, la épica es admirable, pero el argumento no es admirable. Yo creo que todas las armas son terribles. Yo soy pacifista, porque no estoy loco, pienso que todas las guerras están injustificadas. No hay victo­rias, sólo hay derrotas. La victoria es una derrota, desde el momento en que un hombre mata a otro hombre. Es terri­ble. Yo estoy contra la bomba y contra la espada, contra todas las armas. Incluso contra las armas ilustres, las armas antiguas, como son las de los asirios, de los persas o de los griegos.


J.L.Borges.- Hay muchos futuros, sin duda. Hay miles de futuros diferentes entre ellos. Un futuro es poco ¿no? Cada uno de nosotros piensa en un futuro dife­rente. La única cosa que sabemos es que el futuro será diferente de nosotros. Por ejemplo, nos intere­samos por la historia, por la ciencia, por la geogra­fía, por la vida después de la muerte, por los seres de otros planetas... Todo esto cambiará sin duda, nos interesaremos por otras cosas. No se pueden preveer las cosas ni los individuos: para mí, no creo que sea previsible. Y la poesía está hecha de indivi­duo, no de cosas vagas como sociedad, ciudad o país: todo eso es demasiado abstracto. La poesía está hecha de individuos y cada individuo es diferente.


J.L.Borges.- Nadie habría podido prever al Ariosto, por ejem­plo. Nadie lo habría previsto. Sobre todo, después de Dante parecía imprevisible. (Dibujo de una mujer leyendo). Y, no obstante, Eppure llegó, y para siempre, por suerte. Que se pueda preveer el indivi­duo es imposible, creo yo. Podemos encontrar pareci­dos, pero nada más. Por ejemplo, Blake y Swedenborg se parecían pero eran muy diferentes, sus metáforas son diferentes y lo demás es diferente. Y el futuro se compondrá de individuos y no de épocas o de escuelas. Las escuelas se hacen para comodidad de la historia de la literatura, de la historia de la pintura. Las escuelas no cuentan.


J.L.Borges.- Blake detestaba el Romanticismo. Hugo vivía de su trabajo, no de sus teorías que, en general, cuentan muy poco. Las teorías, en general, no son importantes.


J.L.Borges.- Las teorías son estimulantes para crear y en cuyo caso, son útiles. Pongo el ejemplo de Whitman, un gran poeta: sus ideas sobre la democracia nos parecen tan desusadas, tan lejanas, que nos interesan muy poco. Pero para él eran importantes, tenía necesidad de esas ideas para hacer su obra. Y es su obra la que cuenta hoy, no sus teorías o doctrinas, o la invención del verso libre, por ejemplo, que reinventa de vez en cuando.


J.L.Borges.- No tengo obra. Algún fragmento. A esto llamamos una obra, quizá por razones tipográficas. Puede ser. Creemos que decimos "llue­ve". No hay sujeto, sólo verbo. El verbo está aquí, evidentemente, porque vivimos, soñamos. No hay ninguna diferencia entre las dos activida­des. Claro que creo en los sueños. Soñar es esencial, es, puede ser, que la la única cosa real que exista.

El sueño que cambia, que se sueña, que se sorprende de soñar. Todo eso se llama filosofía, metafísica, también poesía. Sólo creo en eso.


J.L.Borges.- Creo que la poesía es intemporal. No tiene nada que ver con las épocas o con las circunstancias. Un buen verso continúa ¿no? Es siempre un buen verso. Flaubert pensaba lo mismo. Cuando un verso es bueno, pierde su escuela, decía Flaubert. Sí: un verso es bueno y ya está. Poco importa que haya sido escrito esta mañana o hace miles de años. Bueno, en otra lengua es distinto. Creo que la poesía es algo eterno. O, como decía Keats, "A thing of beauty is a joy for ever", una cosa bella es una alegría para siempre. Mientras que las circunstancias son contem­poráneas, históricas, en el sentido más melancólico de la palabra.


J.L.Borges .- Cuando uno es joven se quiere ser importante o desgraciado, héroe de una novela rusa etcétera, o el príncipe Hamlet. A mi edad no: he perdido ese miedo de ser Hamlet o Raskolnikov. Solo soy Borges y eso es duro a veces.


J.L.Borges.- "Joy delights a joy", es muy bello y fue e­s­c­r­ito hace trescientos años. Si cito el verso de un poeta persa que dice: "la luna es el espejo del tiempo", entonces pensamos en esa cosa aparentemente frágil, blanca, perdida en el cielo: el tiempo, el tiempo que corre sin comienzo, me parece, y sin fin. Es una bella metáfora, y fue escrita en la Edad Media por un poeta, en Persia. Pero eso no tiene importancia. Si una cosa es bella, permanece.


J.L.Borges.- Todo es fantástico. El sentido de la vida es el sueño. Lo dijo Schopenhauer y lo ha dicho Hume. Sintieron que había una intimidad, una unión íntima entre el sueño y la vida. O más bien que la vida era una forma de sueño, o el sueño una forma de vida.

J.L.Borges.- Entre nosotros, evidentemente, la gente no habla, más bien mira la televisión, escucha la radio. Y nadie habla. Es una pena que hayamos perdido esa bella invención de los griegos, el diálogo. Son los griegos los que han empezado a hablar. Antes se rezaba, se maldecía, se chapurreaba quizás. Quizá sea deber de la poesía mantener el lenguaje, una inven­ción tan imperfecta y tan bella al mismo tiempo.


J.L.Borges.- Por todas partes se dice que no hay poetas. En EEUU, en Europa lo he escuchado a veces. En mi tierra lo dicen a menudo (Cuadro-collage: imagen de merienda campestre medieval en tonos alegres sobre el fondo de una ciudad con rascacielos). Pero quizá estén ahí, invisibles para nosotros. No lo conocemos. Pero pensamos que conocemos el pasado. El tiempo hace su antología, y no ha hecho todavía la antología del presente. Puede que nos conozcan, no sé... en el siglo XXI. Ahora no, somos demasia­dos, estamos un poco perdidos, hay demasiada gente. No podemos elegir, mientras que el tiempo elige. El tiempo hace buenas antologías. Las antologías presentes no son demasiado buenas, evidentemente. Pero senti­mos que la poesía está allí, puede que en este momento haya alguien al cabo de la calle que escriba el poema, el libro o el verso. Esto es más importante quizás. Yo lo he vivido hace tiempo, evidentemente. Yo he debido de morir hace tanto tiempo, pero he continuado viviendo de una manera obstinada. Mi madre murió a la edad de 99 años. Tenía miedo de llegar a los cien. Pero yo creo que cuando somos ancianos somos felices más fácilmente que cuando somos jóve­nes.


J.L.Borges.- En mi caso, incluso la ceguera fue una pena muy dulce.


J.L.Borges.- Yo he perdido la vista el año 1955. Luego las cosas se ven tan lejanas (Hombre con gafas de sol leyendo el libro de Borges, "Una vita de Poesia", que empieza a arder). Ahora me siento en el centro de una bruma luminosa y me siento bastante feliz. Y creo que cada cuál puede encontrar su propia felicidad.


J.L.Borges.- Todo ahora es posible. La felicidad todo el mundo la tiene. Yo no sabría dar ningún consejo. Si intentara comprender su vida, yo no la entendería.


J.L.Borges.- Todo es misterioso, todo es bueno. Es una cosa misteriosa. Podemos intentar buscar la solución pero no la encontraremos. Así que el juego será eterno. Será lo más bello. Yo aconsejo la felicidad, yo espero la felicidad. Sobre todo en este momento en que soy viejo. No pasan veinticuatro horas sin un momento de felicidad.


J.L.Borges.- Espinosa dijo: "Sabemos y sentimos que somos inmortales". Hay un poema de Kipling "Himno al dolor físico", "Hymn to physical Pain", que hace que el alma olvide sus otros infiernos. Kipling da gracias al dolor. Tenía cáncer, murió tras su segunda opera­ción. Y escribió ese poema dando gracias al dolor porque el dolor hace que nos olvidemos. El poema decía: "Y hace que el alma olvide sus otros infier­nos".

Se empieza por el primer capítulo de la Biblia "Bereshit bara Elohim" etcétera, no por un periódico o por el realismo. Doy una gran importancia al mito que puede ser la única cosa que existe, como el sueño; (Collage: los agricultores y un caballo sobre ellos) mientras que el realismo se olvida rápida­mente. Chesterton decía: "Todo lo que sabemos de Edipo era que no tenía el complejo".


J.L.Borges.- El teatro, la obra, el espectador, el autor... todo eso es la más antigua obra artística de la humanidad.


J.L.Borges.- La vida es tan rica... En mi caso, debo darle gracias a todo el mundo. Por ejemplo, a pesar de mis escritos, yo me encuentro aquí rodeado por mis amigos y la gente me perdona lo que escribo.

J.L.Borges.- Kipling lo sabía ya. Creía que el éxito y el fracaso eran dos impostores y tenía razón, creo. En mi caso, no he releído ninguno de mis escritos, porque creo que hay que vivir hacia adelante. Yo sueño con el futuro, yo pienso en el futuro, no pienso en mi pasado.


J.L.Borges.- El destino de un poeta es bastante curioso. Debe ser sensible a todas las cosas y finalmente su oficio consiste en trans­formar esas cosas en pala­bras. Las palabras son, evidente­mente, símbolos. Stevenson decía que lo que ocurre en cinco minutos sobrepasa todo el vocabula­rio y todas las imágenes de Shakespeare. Creo que tenía razón.


J.L.Borges.- No sé lo que mi obra significa. No tengo una obra. Son más bien fragmentos, borradores, pero la gente ha debido encontrar algo en ellos y quizá haya algo, a pesar de mis pretensiones (Acuario con delfines y una mujer sirena con cola de pescado). Yo espero, y a veces, algo ocurre. "Art happens", como decía Whistler. La idea que recibo es el principio y el fin. Yo intento no intervenir. Es necesario que el poema, o la fábula se escriba a través de mí, o a pesar mío. Y en suma era mi feliz destino. Yo soy muy perezoso, para mí la lectura es uno de los placeres más vivos. Ahora la lectura me está prohibida, pero me quedan los recuerdos de los libros que he leído.


J.L.Borges.- Y este recuerdo es también un arte creador. Generalmente, cuando nos acordamos de algo lo modifi­camos (Cuadro: niña antigua sosteniendo una foto de un caballero de época). Así que el escritor tiene este curioso destino : de recibir. Podríamos pen­sar... ahora hay una mitología no demasiado bella que habla de la inconsciencia etc. Pero yo prefiero las antiguas mitologías que hablaban de la musa o , mejor incluso del espíritu, el ruah de los hebreos. ¿Por qué no ser visitado por el espíritu?. De vez en cuando eso le pasa a todo el mundo, sobre todo cuando se ha vivido mucho, como yo. Puede que cuatro o cinco veces en mi vida he recibido esta misteriosa visita e intento ser digno, escribiendo siempre para estar preparado para estas cosas que yo no comprendo.


J.L.Borges.- Yo no sé qué es lo que significa ser un poeta­. Intento sólo ser sensible a todas las cosas, y luego las redacto a mi manera. Ahora conozco algo que no conocía cuando era joven, ahora conozco mis limita­ciones. Hay algunas palabras que puedo emplear sin demasiado peligro. Tengo algunas metáforas que repito frecuentemente. Lo sé. Serán los lugares comunes. Pero es mejor atenerse a lugares comunes, por ejemplo el tiempo y las flores, las estrellas y los ojos, las mujeres y las flores , la vida y el sueño, la muerte o el acto de dormir. Son las metáforas esenciales y las únicas que son verdaderas.


J.L.Borges.-... y se ve ahora que la luna es tan eterna como el tiempo: al menos para nosotros. Luego me acuerdo de otra curiosísima metáfora de un poeta hindú, sobre el Himalaya. Podríamos pasarnos la vida buscando imágenes y no las encontraríamos; pero esta imagen la ha encontrado este poeta en la India (no sé si se trata de una forma tradicio­nal o nueva) porque ha dicho: "El Himalaya es la risa de Shiva", las terribles montañas son las risas de un Dios.


J.L.Borges.- Shakespeare habla de "The milk of human kindne­ss", la leche de la bondad humana (Cuadro: mujer desnuda de pie, dando de mamar a la cabeza de un hombre). Comparar, la bondad humana y la leche parece muy fácil, pero no era tan fácil escribirlo antes de Shakespeare; y después, y para siempre, ya estaba hecho por él. Continúo mi vida que no comprendo. No trato de expresarme, mi vida personal no me interesa, la política tampoco. Creo que la única forma de encontrar algo es no buscarla.

J.L.Borges.- El poeta es esencialmente pasivo: él recibe, él agradece y luego lo hace lo mejor que puede para transfor­mar todo eso en palabras.


J.L.Borges.- Yo tengo sangre inglesa, sangre portuguesa quizás (eso espero), sangre judía, sangre normanda etcétera (Cuadro: el columpio. Con el columpio, colgando de la cabeza de Einstein en blanco y negro). Pero todo eso no tiene ninguna importancia. Yo soy heredero, procuro serlo, de toda Europa. Intento hacerlo lo mejor que puedo.


J.L.Borges.- La Biblia -los libros- es tan rica... Tantos auto­res, tantos siglos, tantas épocas... todo eso atribuido al espíritu solamente. Es una idea extraña, porque por ejemplo, no pensamos que fuera un único autor el que escribiera La Comedia, Orlando Furioso, los libros de Croce, las poesías de Leopardi. Noso­tros pensamos en escrito­res en plural. Mientras que los hebreos han pensado en un único escritor, invisi­ble, el espíritu. Es una bella idea que no ha sido nunca imitada, que yo sepa. Olvidarse de los indivi­duos y pensar en la obra que dura y que es renovada por cada lector, evidentemente. No sé cómo los hebreos han llegado hasta esa idea. Es una idea muy extraña, pensar en un solo autor mágico o ilusorio. En todo caso, la tercera persona de la Trinidad. En cualquier caso, es fantástica. Es una invención de los judíos.


J.L.Borges.- Yo no pienso nunca en el lector, así que no pienso si un libro que acabo de publicar va a tener éxito o no. Lo escribo y no sé si el libro se ha vendido o no. Mis amigos no hablan de eso y yo no pienso en ello. Luego al final me dicen si la crítica fue generosa.


J.L.Borges.-Es siempre la alegría de escribir. Escribir es una gran alegría, incluso si el escrito es mediocre. Se siente uno feliz cuando escribe, por lo menos en mi caso. Nunca he sentido angustia, todo esto me es extraño. Es una gran felicidad leer y casi lo es tanto escribir.


J.L.Borges.- En cuanto a la angustia, no la conozco o por motivos del todo insignificantes.


J.L.Borges.- A mi edad, la memoria no es más que una serie de citaciones. Pero yo tengo una impresión muy viva de las personas que amo y de las personas presentes. Todo esto lo siento también. En cuanto a mi pasado, evidentemente podemos cambiar el pasado, lo cambiamos continuamente, cada vez que lo recordamos.


J.L.Borges.- Todos los recuerdos que tengo de mi infancia son falsos. Yo he pensado tantas veces en ella, y cada vez había una pequeña modificación. Y en cuanto al futuro evidentemente toma la forma que tú quieras. Puede que el futuro dependa de nosotros. La vejez es bella, más serena que la juventud, en que se tiende a ser Lord Byron o Baudelaire. Mientras que en la vejez no. En la vejez se encuentra la serenidad, al menos varias veces al día.

J.L.Borges.- Empezamos por recibir algo, algo muy vago. Y luego, si el argumento insiste, se cede y se escribe.


J.L.Borges.- Creo admirar a Velázquez, Tizziano, Turner. A Rembrandt también, evidentemente. A los demás no. Yo soy insensible, pero siento las palabras, siento el lenguaje, mientras que las líneas, los colores... todo eso se me escapa.


J.L.Borges.- Intento construir una frase sin emplear dema­siadas palabras, y evitando los sinónimos. Mejor repetir una palabra que buscar un sinónimo. Prefiero repetir una palabra. Los antiguos tenían esta idea. Repi­tiendo la palabra se repite la idea ¿Por qué cambiar la palabra? Busco siempre la palabra más sencilla.


J.L.Borges.- Sí, lo recuerdo.


Periodista.- Habla del color que tienen las frutas en Japón.


J.L.Borges.- Como soy ciego... sería el sabor más bien.


J.L.Borges.- Si el Renacimiento llega, será totalmente diferente al otro. Habrá que buscar otro nombre. Incluso si podemos comparar la época de Pericles, la de Augusto, la de los Medici, el siglo de Luis XIV, del que Voltaire ha hablado... serían muy distintas. Lo único que sabemos del futuro es que será diferente del presente.