Acciones posibles contra la contaminación lumínica
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Nuestras
PROPUESTAS podrán parecer de difícil aplicación e, incluso, serán objeto de polémica. Sin embargo, no hay nada en ellas que no se haya llevado ya a la práctica con resultados satisfactorios y, por tanto, las resistencias que estas medidas pueden encontrar serán, a no dudarlo,
producto de la inercia natural que nos impele a resistirnos a los cambios. Pero el estado actual de las cosas es profundamente insatisfactorio e irracional y urge, por tanto, cambiarlo.
Nuestros representantes políticos tienen la responsabilidad, tanto política como ética, de poner en práctica las medidas necesarias contra la
contaminación lumínica, y nada lo impide salvo la voluntad de dar el paso.
Iluminando bien emplearemos menos dinero y energía, veremos mejor, conseguiremos una mayor calidad de vida y preservaremos el medio nocturno.