Nivel IV Bronce Antiguo III

Si bien hay determinadas zonas de transición en que no es fácil saber con certeza si pertenecen a la fase más antigua de este nivel o a la más moderna del Bronce Antiguo IV, hay una serie de elementos que le dan carácter propio.

Estructuralmente tenemos en las fases más antiguas la ocupación de la parte superior de las habitaciones del Nivel V y en las más modernas la existencia de dos templos que están ocupando la mitad oriental del yacimiento. De uno de ellos, de planta cuadrada, sólo se conservaba el suelo encalado e indicios del arranque de los muros de adobe. Sobre este suelo se encontraron un cuerno de uro. El otro templo es un edificio de planta rectangular de grandes dimensiones que apoya los dos tercios posteriores en el suelo del Tell y su tercio anterior en una terraza construida en la ladera meridional a tal efecto. En él se distinguen dos cuerpos: el pórtico, enmarcado dentro de las antas que prolongan las paredes laterales, y la interior, existiendo trazas de un tercer espacio sobreelevado en el fondo del santuario. Su zócalo de piedra de 0,70 m, desde el suelo interior, llega en algunas zonas a alcanzar los 1,2 m. de grosor, siendo sus medidas exteriores de l6 m de largo por 8,5 m de ancho. A partir de una altura de 70 cm, el alzado de las paredes es de adobe. El suelo está hecho con un enlosado de adobes mal conservado. En el centro de la cella se halló una mesa de adobes a modo de mesa de ofrendas.

El interés del templo es evidente tanto por su cronología como por sus dimensiones, que le hacen convertirse en uno de los templos de antas más antiguos (si no el más antiguo), convirtiéndose en un «eslabón» más de una corta cadena que supuestamente empieza en Anatolia en el III milenio y termina en Palestina en el I milenio, donde el ejemplo mejor conocido por todos es el Templo de Salomón. Además de ese interés, se añaden dos elementos interesantes. Uno de ellos es la documentación en su cara septentrional de un conjunto de dependencias destinadas a los servidores del mismo. El otro es la existencia de la gran terraza en la que se apoya, colgando prácticamente en la ladera. Esta terraza tiene tres grandes escalones en los que se depositaron exvotos por los fieles que no podían tener acceso al recinto sagrado y que habrían de seguir las ceremonias desde la llanura desarrollada entre el Tell y el río, pues la inclinación de la ladera es poco hábil a ese respecto.

En la parte superior de la plataforma, junto a una de las antas se halló una gran vasija de 220 litros de capacidad con un depósito «cultual» compuesto por 333 piezas de alabastro, cerámica, fayenza, nácar, concha, hueso y piedra. De ellas destacan un vaso y un cuenco de alabastro, una deidad de nácar con forma de vaca cefalomorfa y cuatro cilindros sello. Hay que insistir en que un hallazgo como éste es único en Siria y si bien piezas como las aparecidas en el depósito se han encontrado en otros lugares, por lo general se trata de hallazgos aislados y puntuales. En cuanto a la deidad de nácar hay menos de 10 piezas semejantes en todo el Próximo Oriente.